Resumen:
Emilio S. Belaval, Presidente del Ateneo Puertorriqueño explicó el 28 de marzo de 1938 en la sesión celebrada se acordó limitar los actos culturales a los socios. Se suspendió su anterior política de hacer públicos los actos culturales a toda la comunidad puertorriqueña. Nos indica Belaval que en los últimos tiempos la situación precaria por la cual está pasando su institución y gracias a la Junta de Gobierno y grupos portorriqueños no ha permitido que desaparezca. Y sobre todo ha tenido la colaboración gratuita de intelectuales de Puerto Rico y no podemos permitir que un intelectual en un país donde no existe la profesión de las letras y donde casi todos los hombres de pluma tienen que ser además literatos, catedráticos, médicos, abogados y periodistas pueden dedicarse a nuestra institución sin retribución alguna. Esto hace que dilate la vida del Ateneo la discusión de temas interesantes, la divulgación por otros países del mundo de nuestra labor a través de monografías y revistas, la imposibilidad de encuadernación, el problema de poder dar albergue a los conferenciantes extranjeros, entre otras situaciones.